jueves, 4 de septiembre de 2008

Boletín Mensual OMCC - Septiembre 2008 -

Queridos Amigos,

¡Que la paz y el amor de Nuestro Señor estén siempre con ustedes!

I. Eventos e información actual
En este Boletín de septiembre, volvemos a nuestro formato de tres partes.
En el mes de agosto, debido a la burocracia de los gobiernos, tuvimos un fracaso apostólico al no poder obtener las visas necesarias para que Juan Ruiz y el Padre David Smith pudieran viajar a Cuba y participar en el cursillo de hombres del 21 al 24 de agosto y en la Ultreya para promover el cursillo en otras diócesis de Cuba. Sin embargo, amigos de todas partes del mundo respondieron de una forma que solo el amor y la amistad en Cristo Jesús puede motivar, uniéndose en solidaridad con los amigos de Cuba, a través de las oraciones y la Eucaristía por el éxito no solo del cursillo de hombres, sino también de el de las mujeres que se celebró la semana anterior. Consecuentemente, gracias a todas las oraciones de todos estos amigos, que nunca fallan con su apoyo y oraciones, estamos seguros que la gracia de Nuestro Señor se derramó, no solo sobre los participantes de los dos cursillos, sino sobre toda Cuba. Así como también, que el Cursillo podrá llegar a todas las otras diócesis de Cuba y más personas podrán darse cuenta del gran Amor y Amistad de Nuestro Padre y Amigo Cristo Jesús. Y no nos damos por vencidos porque seguimos buscando la manera de poder visitar a nuestros amigos de Cuba.

En este mismo mes de agosto, del 29 al 31, Juan Ruiz tuvo la oportunidad de participar en un Cursillo de Mentalidad en la Republica de Guatemala. En el bello pueblo de Esquipulas y bajo la bendición del Milagroso Cristo Negro de Esquipulas, la Gracia del amor y la amistad de Dios en Cristo Jesús, se derramo sobre todos los participantes que procedían de las cuatro diócesis de la Zona Nor-Oriente de la Republica de Guatemala. También contaban con la asistencia y participación del buen amigo Luís Montoya, Presidente del Secretariado Nacional de Guatemala, y su amable esposa Clarita. Después del Cursillo de Mentalidad de Esquipulas, Juan Ruiz viajo con los amigos que habían asistido de Chiquimula para participar en una “ALEGRE” Ultreya en su atractivo pueblo, con la participación de mas de 400 amigos de todos los alrededores y coordinada por el amigable y juvenil Tito. En Chiquimula también se pudo experimentar, en vivo y en directo, el testimonio de una comunidad que vive y convive el amor y la Amistad de Dios en Cristo Jesús.


Como ultimo punto en esta sección del boletín, les informamos que estamos adjuntando los archivos del Estatuto y de las actas de la Segunda Reunión del OMCC y de la Comision de Ideas Fundamentales en Miami durante el mes de julio de este año. Les rogamos las compartan con sus Escuela de Dirigentes y sean parte de la solución.

II. Estudio del Carisma: Parte IV
“…vino a los suyos y los suyos no le recibieron”
(Jn, 1.11)
En el Boletín de Febrero se indicaba que un carisma es “un don que da Dios a quien quiere, pero no para el mismo destinatario que lo recibe, sino para que de él se beneficie toda la comunidad y la Iglesia”.
De esta definición se desprenden cuatro elementos esenciales y característicos de que consta cualquier carisma:
1.- Un don gratuito de Dios
2.- Otorgado a una o varias personas
3.- Para beneficio de la comunidad de la Iglesia
4.- Reconocido por la Jerarquía
Estos cuatro elementos, como en cualquiera de los Movimientos eclesiales, se hallan concretados en el Carisma del Movimiento Cursillos de Cristiandad.
UN DON GRATUITO DE DIOS.
El don que el Espíritu Santo infunde, como esencia del Carisma del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, es el mensaje de la Buena Nueva del Amor de Dios a todas las personas. El mensaje de que “Dios es amor” (1 Jn, 4, 8 y 16)
En este Amor de Dios a todas las personas se concreta el concepto de la esencia y mentalidad del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
Su AMOR a todas las personas es la Buena Nueva, el Don, con el que el Señor quiso hablar al mundo, desde la isla de Mallorca, en los inicios de los años 40 del Siglo XX.
No obstante, este Don no fue “novedad” del Carisma de Cursillos.
El Amor de Dios es eterno. Siempre está presente:
- está en la creación de la luz, del cielo, de la tierra y los planetas, del sol y las estrellas, de los animales, de la mujer y el hombre. (Gén 1, 3-31)
- está en el Arca y en el Arcoiris. (Gén 7, 1 y 9,13)
- está en la montaña de la tierra de Moriah (Gén 22, 2)
- está en las aguas del mar Rojo (Éx 14, 22)
- está en el Monte Sinaí (Éx 20)
- está en la Tierra prometida (Deut 34, 1-4)
El Amor de Dios, sin embargo, no estuvo en ese mundo. Los hombres y mujeres de esos 4000 años mal contados, antes de Cristo, vivían esclavos de “otros” valores.
Pero tanto amó Dios al mundo, que se hizo carne “carne” para testimoniar su Amor. Para decirnos que NOS AMA
Y el Amor del Padre sigue mostrándose en cada instante:
- está en Nazaret (Lc 1, 30-31)
- está en Belén (Lc 2, 6-7)
- está en los leprosos (Mc 1, 39-41)
- está en el centurión (Mt 8, 5-9)
- está en la hemorroisa (Lc 8, 43-48)
- está en los sencillos (Mt 11, 25)
- está en la viuda pobre (Mc 12, 42-44)
- está en el grano de mostaza (Mt 13, 31-35)
- está en el publicano (Lc 18, 10-14)
- está en la Pascua y en la Resurrección
La Encarnación de Jesucristo se convierte en el hecho central de toda la historia.
No obstante, durante estos 20 siglos que han seguido a la venida del Hijo, los hombres y mujeres siguieron alejados del “calor” del Amor del Padre. Han seguido poniendo el centro de su fin en las cosas de la tierra, buscando su felicidad solamente en esos “otros” valores que no sacian.
El Carisma de Cursillos no es “novedad”. Cuando el Espíritu infunde el Carisma de Cursillos, infunde la verdad de siempre. La inspiración del Espíritu consistió en redescubrir la visión del AMOR de Dios a todos los hombres y mujeres, para limpiar la “cera” que los avatares de los tiempos habían colocado en los ojos de las personas.
Tras la guerra civil española (1936-1939), la situación que imperaba en España en los años 40 del siglo XX se evoca y describe como una época de total silencio y de miedo sofocante.
La actividad de la Iglesia en España, en esa década, se centra en la pastoral parroquial, consistente en la administración de los sacramentos, la catequesis y la predicación. Se emitían grandes discursos, incluso, elocuentes y ampulosos.
Pero la referencia, sin olvidar la obligación que todo cristiano tiene de amar a Dios para salvar su alma, se acentuaba más sobre el infierno que sobre el cielo.
La intensidad de fondo incidía en evitar el pecado para que el alma no se quemara en los fuegos del infierno. Se citaban ejemplos de personas que habían quedado malparadas, desfiguradas, por el castigo de la justicia de Dios ante los pecados cometidos.
El ejemplo más ilustrador fue la figura del hijo pródigo. Un chico joven que se ve hundido en el fango de los cerdos por los placeres disfrutados. La imagen que ilustraba el texto era la del muchacho humillado que, de rodillas ante su padre, pide perdón.
El mensaje que se ofrecía se presentaba teñido de colores “tristes”, mientras que el Amor aparecía de una forma fugaz y un tanto desangelada. No destacaba el enfoque “clave” de la parábola: el Amor del Padre bueno. El Amor del Padre bueno que esperó días y años para abrazar y besar a su hijo pródigo.
En el Carisma de Cursillos, en cambio, se da luz y fuerza esencial al enfoque clave de la “escena”. Se destaca cómo el Padre Bueno abraza y besa al hijo que vuelve. Duele ver al hijo desvalido y hambriento, destrozado y lleno de llagas, sí. Pero es más importante el Amor. Es más importante la alegría del Padre.
Tanto destaca ese Amor, tan esencial es ese Amor que, en la contemplación del momento del encuentro, todo son brazos y manos que se mezclan acariciándose entre sonrisas y alegría.
El amor se abre así a la ternura de la aceptación incondicional de la manera de ser de cada uno.
Es el Amor que manifiesta la bondad de Dios, su Amor a los hombres solamente por su misericordia (Tito 3,4-5).
El Carisma de Cursillos, redescubriendo la Buena Nueva del Amor de Dios a las personas, desde la sencillez de lo Fundamental Cristiano, impulsa un intento de restauración religiosa.
El Carisma de Cursillos nace “desde abajo”, respondiendo a iniciativas que vienen “de arriba”.
El Amor de Cristo se iza como la única fuerza capaz de transformar el mundo.
El Carisma de Cursillos es sentir la experiencia íntima de que “Dios me ama”.
El Carisma de Cursillos es tener la inquietud apostólica, como bautizados, de comunicar la gran noticia del Amor de Dios a la mayor parte de personas de las de mis ambientes, con preferencia a los alejados, para que todos sientan que son amados por Dios
El Carisma de Cursillos es vivir “De Colores”, dando testimonio en el metro cuadrado móvil que nos rodea, a través del mejor medio que es la amistad..
Esto es el Don de Dios que dio origen
al Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
Como siempre, nos despedimos rogándole a Nuestro Señor nos mantenga unidos en su amor y amistad.
De Colores,

Juan Ruiz
Presidente - OMCC

No hay comentarios: