viernes, 29 de febrero de 2008

Boletin Mensual OMCC - Febrero 2008

Queridos amigos, 01feb08spa

¡Que la paz y el amor de Nuestro Señor estén siempre con ustedes!

Antes de empezar este boletín quisiéramos pedirles que nos uniéramos en oración por la salud de nuestro amigo Eduardo Bonnin.

En este boletín quisiéramos empezar a profundizar un poco en el Carisma del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.

Desde un principio, queremos aclarar que con éste y siguientes próximos boletines pretendemos simplemente abrir la puerta y el hambre de seguir estudiándolo, profundizándolo y viviéndolo.

Nos dice la Teología que un carisma es “un don que da Dios a quien quiere, pero no para el mismo destinatario que lo recibe, sino para que de él se beneficie toda la comunidad y la Iglesia”.

En el carisma podemos distinguir cuatro elementos:

1. Un don gratuito de Dios

2. Otorgado a una o varias personas

3. Para beneficio de la comunidad de la Iglesia

4. Reconocido por la Jerarquía

Siendo un Carisma del Espíritu Santo y, en línea con la doctrina y el magisterio de la Iglesia Católica (I.F. p.37 Pri. Ver., #s 86-103 Seg. Ver.), necesitamos también saber que hay unos elementos que caracterizan y nos sitúan en pista de despegue de una definición exacta de su Carisma Fundacional.

En el Estatuto del OMCC se califica el Carisma como “original”. Así mismo, en el VI Encuentro Mundial de Brasil se optó por definir este Carisma como “original”, porque así esta estipulado en el Estatuto. Pero no podemos olvidar, por un lado, que el Estatuto está bajo “Ad Experimentum” y se puede cambiar. Por otro lado, se ha de tener en cuenta también, que la terminología “Carisma Fundacional” fue aceptada en el V Encuentro Mundial de Corea, lo que tampoco podemos ignorar.

Veamos algunos de los elementos que caracterizan el Carisma del Movimiento de Cursillos de Cristiandad:

Primeramente está la Persona. Todo el Carisma del Movimiento de Cursillos está


enfocado y basado en la persona, su ser de persona, su relación con Cristo y su relación con los hermanos.

Segundo tenemos la Libertad. El Carisma respeta totalmente la libertad, que viene precisamente de Dios, de cada persona antes, durante y después de su cursillo porque solo en la libertad el hombre refleja su calidad de persona. Y la vocación personal de cada persona realmente nace cuando su libertad se une con el amor y la amistad de Dios, en Cristo Jesús.

Tercero tenemos el Amor. Todo mundo busca, de una manera u otra, el amor. Y el Amor más real y permanente es el Amor de Dios en Cristo Jesús. Este amor es lo principal que caracteriza a cualquier cristiano porque puede ver a las personas, los acontecimientos y las cosas desde la perspectiva de Dios. Este amor de Cristo es el elemento principal que persigue la metodología del cursillo.

Cuarto tenemos la Amistad. La forma más profunda de convivencia es la amistad. Cristo mismo les dijo a los apóstoles “no os llamo ya siervos… os he llamado amigos…”. (Jn 15.15). El mensaje de cursillo es que Dios en Cristo Jesús nos ama y ese mensaje es trasmitido a través de la amistad hacia lo más profundo y real de cada ser humano, su persona. Esta amistad existe antes durante y especialmente después del cursillo.

Después tenemos la Convicción. Todos somos llamados a tareas que reclaman convicción. Y las personas que saben creer buscan lo fundamental para sostener e impulsar las metas del vivir diario, desde una firme convicción enraizada en lo real y verdadero. Esto da la a persona una convicción auténtica, que da nuevo sentido a todo lo que es y hace en la normalidad de la realidad de su vida.

También tenemos un elemento muy importante que se llama Sinceridad. Para tener un verdadero encuentro con Dios, tal como es, es necesario tener un encuentro con nosotros mismos y presentarnos tal y como somos. No podemos dar lo que no tenemos, ser lo que no somos, ni hablar de lo que no vivimos. Para transmitir el mensaje de Cristo se necesita “hacer” desde la sinceridad de lo que se “es” y se está viviendo.

Otro elemento es el Criterio. El Criterio consiste en tratar de tener la intención y la reacción cristiana ante todas las situaciones que se nos presenten. Cuando hay estudio, vivencia y convivencia del Evangelio, podemos pasar de la norma al criterio. El criterio es lo que muestra la finalidad y da la medida de los medios para que la técnica no ahogue el espíritu.

La Vida es otro elemento. Para un verdadero cristiano no puede haber divorcio entre su fe y su vida. La persona necesita no solo estudiar y hablar del Evangelio, sino ser él mismo el Evangelio en cualquier ambiente donde se mueve las 24 horas del día (su metro cuadrado móvil) (I.F. #87 Seg. Ver.).

La Normalidad también necesita ser un elemento esencial en la vida de cualquier cristiano. Para transmitir efectivamente el amor de Cristo en la vida real, ordinaria y cotidiana de todos los días, se necesita “hacer” en una forma totalmente normal y ordinaria.

Y, finalmente, aunque no únicamente, necesitamos estar conscientes del elemento característico de la Alegría. Al encontrarnos con el amor y amistad de Dios en Cristo Jesús, nos damos cuenta que la fuente de la alegría está en uno mismo. La alegría es la expresión sincera, normal y natural que una persona proyecta al saber y estar convencido del amor y amistad que Dios en Cristo Jesús nos ofrece gratuitamente.

La persona necesita tener el conocimiento (Criterio) y convencimiento (Convicción) del valor que tiene como Persona, hijo de Dios (Amor) y templo vivo del Espíritu Santo para que, a través de la Amistad, Libremente y con gran gozo (Alegría) transmita con su propia Vida el mensaje de Cristo en sus ambiente con toda Sinceridad en la Normalidad de la realidad en que vive.

Como Carisma de la Iglesia Católica y siguiendo la doctrina y magisterio de la Iglesia católica, estos son algunos de los elementos que caracterizan el Carisma de los Cursillos de Cristiandad.

Podemos profundizar un poco más en estos elementos estudiando, por ejemplo, “Ideas Fundamentales, “I Conversaciones Cala Figuera”, II Conversaciones de Cala Figuera, “Carisma E ideas fundacionales del MCC”, la Santa Biblia, la Doctrina de la Iglesia Católica, los documentos del Vaticano II, las encíclicas y, en fin, todo lo que a todo dirigente cristiano del MCC le puede ayudar a tener, actuar y reaccionar con un criterio cristiano.

Como mencionamos en el Boletín de Enero, a través de los siguientes boletines mensuales, trataremos de hablar un poco sobre el Carisma, la Historia, Mentalidad, Esencia, Finalidad y Metodología del Movimiento de Cursillos de Cristiandad para invitarles a unirnos en estudio y reflexionemos sobre nuestra labor evangelizadora a través de este bello Movimiento.

Nos despedimos rogándole a Nuestro Señor nos mantenga unidos en su amor y amistad.

De Colores,

Juan Ruiz

Presidente - OMCC

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