martes, 30 de junio de 2009

De la mano de San Pablo

Por monseñor José Ignacio Munilla Aguirre


PALENCIA, sábado, 27 junio 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el artículo que ha escrito monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de Palencia, al concluirse el Año de San Pablo.

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Coincidiendo con la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, hace un año se inauguraba el Jubileo del Año Paulino, convocado por Benedicto XVI con motivo del dos mil aniversario del nacimiento del "Apóstol de los gentiles". Llegado el momento de su clausura, damos gracias a Dios porque, pasados estos doce meses, nos hemos familiarizado más con la vida y el legado espiritual de San Pablo, cuyas Cartas escuchamos con tanta asiduidad en las Eucaristías dominicales.

A lo largo de este año, se ha realizado un notable esfuerzo a distintos niveles, para dar a conocer su figura y su doctrina: homilías dominicales, publicación de biografías, conferencias divulgativas, congresos académicos, cursillos formativos sobre sus diversas Cartas, peregrinaciones tras las huellas de San Pablo por la llamada Ruta Paulina, películas, etc. De una forma especial, cabe destacar las veinte catequesis impartidas por el Papa, en los habituales encuentros que mantiene los miércoles con los peregrinos que acuden a Roma. La editorial de la Conferencia Episcopal Española (Edice), ha publicado estas bellísimas y profundas catequesis en un libro titulado Aprender de San Pablo, que bien pudiera servirnos para dejar grabado en nosotros el legado de este Año Paulino que ahora finaliza. Mención aparte merece la incorporación de las iglesias or todoxas a este Jubileo convocado por el Papa, tal y como anunció el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I.

Sólo los enamorados enamoran

La fuerza de San Pablo nace de su profunda experiencia interior: "Vivo en la fe del Hijo de Dios, que me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Ga 2, 20). Fundado en la conciencia de saberse amado incondicionalmente por Cristo, Pablo vive con radicalidad los consejos evangélicos: "Por mi parte, muy gustosamente me daré y me desgastaré totalmente por vosotros" (2 Co 12, 15). La consecuencia lógica de todo esto es que la figura de Pablo "arrastró" en su tiempo -y lo sigue haciendo en el presente- a muchísimas personas, al seguimiento de Cristo: "Sed imitadores míos como yo lo soy de Cristo" (1 Co 11, 1).

He aquí una de las intuiciones que más ha sido subrayada en este Año Paulino que llega a su fin: La Nueva Evangelización sólo podrá ser acometida con éxito por quienes estén "enamorados de Cristo". Las características del momento en que vivimos acentúan más, si cabe, esta convicción. La secularización interna de la Iglesia se caracteriza por un estilo de vida relajada, "alérgico" a cualquier sacrificio y renuncia, que se expresa con un discurso plano, en el que sólo se desarrollan los puntos de consenso con la cultura dominante. La experiencia nos demuestra que por este camino, todos los proyectos pastorales están condenados a la esterilidad.

San Pablo no buscó gratuitamente conflictos, pero tampoco los rehuyó cuando se presentaron. Nunca cedió a la tentación de procurar una falsa armonía con su entorno, sino que "combatió" decididamente con la espada de la palabra. En su ministerio apostólico no faltaron incomprensiones y disputas, tal y como él mismo reconoce: "Tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre frecuentes luchas... Como sabéis, nunca nos presentamos con palabras aduladoras" (1 Ts 2, 2. 5).

Sin embargo, no podemos olvidar que la clave del ministerio de San Pablo no está en su espíritu combativo; sino que, más bien hemos de decir que, la clave del espíritu combativo de Pablo se explica por su "encuentro" con el Resucitado: "Todo lo juzgo como pérdida ante la sublimidad del conocimiento de Cristo Jesús. Por Él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo" (Flp 3, 8). Lo que motiva a San Pablo es el hecho de ser amado por Cristo, de donde se deriva un celo apostólico inagotable. El espíritu de lucha que muestra el Apóstol de los gentiles en sus Cartas, así como su capacidad de sufrimiento, es proporcional a su amor por Cristo.

La sabiduría de la cruz, cumbre del amor

La vida de San Pablo es un ejemplo práctico del mensaje evangélico que nos introduce en la sabiduría de la cruz: "Nosotros predicamos a un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; mas para nosotros (...), fuerza de Dios y sabiduría de Dios" (1 Co 11, 23). Aunque pueda parecer paradójico, la cruz es "sabiduría" para los judíos, porque revela el auténtico rostro de Dios, que el Antiguo Testamento sólo había podido mostrar parcialmente. Al m ismo tiempo, la cruz es "sabiduría" frente a la filosofía griega, demasiado segura de sí misma y de su lógica.

Gracias a Jesucristo, la cruz se ha convertido en la llave humilde que nos abre al misterio de la gracia divina. Así lo ha experimentado San Pablo a lo largo de toda su vida: "«Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la flaqueza». Por tanto, con sumo gusto seguiré gloriándome en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo (...) porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Co 12, 10).

Este es el regalo que nos da San Pablo como conclusión de su Año Jubilar: la sabiduría de la cruz, reveladora del amor. La cruz es el camino que certifica y autentifica el amor... ¡No te tengamos miedo a la cruz, porque sería tanto como tenerle miedo al amor! Es imposible acercarse a la figura de San Pablo sin re cibir una invitación a la conversión. ¡Glorifiquemos a Dios por la vida de Saulo de Tarso, testigo del amor apasionado de Dios por cada uno de nosotros y de la respuesta ardiente de quienes se dejan alcanzar por la llamada divina!

martes, 16 de junio de 2009

Boletín del OMCC - Junio 2009 -

Queridos Amigos,

¡Que la paz y el amor de Nuestro Señor estén siempre con ustedes!

I. Eventos de Actualidad

En solo dos meses, si dios quiere, estaremos celebrando nuestra IV Ultreya Mundial de Anaheim, California el día 1 de agosto de 2009. Les queremos recordar que necesitan comprar sus boletos porque el día de la Ultreya no se venderán en la puerta. El Comite Ejecutivo del OMCC sigue trabajando amorosamente y con mucho entusiasmo en la Organización de esta IV Ultreya Mundial y les seguimos pidiendo que la sigan promoviendo en sus comunidades y no olvidemos que es una oportunidad única para poder vivir y convivir lo fundamental cristiano con amigos de todo el mundo. Es solo la IV Ultreya Mundial en la historia del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, que cada día esta en mas países y ciudades del mundo entero. Unamos en este magno evento para darle gracias a Dios por este gran Carisma que el Espíritu Santo dio al mundo para conocer el amor y la amistad de Dios en Cristo Jesús.

En el mes de mayo, Juan Ruiz visito la Isla de Encanto - Puerto Rico. Y durante su visita con Monseñor Eusebio Ramos Morales, Obispo de la nueva Diócesis de Fajardo-Humaco, se obtuvo la bendición con dos manos, como un día lo haría el mismo Obispo Hervas, para empezar los Cursillos de Cristiandad en esa nueva Diócesis.

Durante esta visita a la Isla del Encanto, también tuvo la oportunidad de visitar la Casa de Cursillos de Aguas Buenas, donde estaba marchando un Cursillos de hombres y la Casa de Cursillos de Juncos. Así como también, participar en un Encuentro Nacional con líderes de las 6 Diócesis de Puerto Rico, la Primera Ultreya Inter-diocesana en Humacao y la Clausura del Cursillo que se celebrara en la Casa de Cursillo de Aguas Buenas. Como resultado de esta visita, muchos dirigentes expresaron la necesidad de tener más eventos Inter-diocesanos, de un Cursillo de Cursillo para las 6 Diócesis y de re-avivar el Secretariado Nacional para que Puerto Rico vuelva a ser una voz en este Movimiento Universal.

De todos y cada uno de estos eventos, lo mas impresionante fue la entrega y dedicación de los Dirigentes del Movimiento de Cursillo de Cristiandad y el trabajo incansable que el P. Jaime Capo realizo en esta bella Isla del Caribe.

También durante este mes de mayo, Juan Ruiz también tuvo el gran honor y privilegio de celebrar el 50 Aniversario del Movimiento de Cursillo en la Arquidiócesis de Guadalajara Jalisco, participando juntamente con cuatro nuestro Asesor Episcopal - Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, en un Cursillo de Cursillo en esta Arquidiócesis donde asistieron cursillistas, laicos y sacerdotes, de siete diferentes diócesis de México.

Le damos gracias a Dios por todas estas oportunidades que nos está brindando para llevar el mensaje de este bello Carisma a tantos y tantos amigos de tantos y tan diferentes culturas y lenguajes. Todo esto solo viene a confirmar una vez más la mano del Espíritu Santo en la creación y efectividad de transmitir ese mensaje del amor y la amistad de Dios en Cristo Jesús, a través de ese simple vehículo de la amistad, a tantos y tantos alejados en el mundo.

II. Estudio del Carisma: Parte IX

Metodología II: CURSILLO (3 DÍAS)

Ningún hombre, ninguna mujer se conoce mientras no se ha encontrado con Dios.

El cursillo es un curso abreviado e intenso de tres días de oración, de estudio y de convivencia.

El cursillo es, ante todo, la vivencia de lo fundamental cristiano, en convivencia caritativa y apostólica. En el cursillo se convive con Dios, por la oración, con la Iglesia a través de los dirigentes y con el mundo, con los demás cursillistas. El cursillo es el hallazgo de la propuesta de “Ven y verás”, que el padrino hizo al aspirante. La realidad del triple encuentro con uno mismo, con Cristo y con los hermanos.

El método de Cursillos no surgió al azar, ni fue producto de laboratorio, ni la consecuencia de una exaltación emocional. El método del cursillo, en la peculiar convivencia durante tres días, en régimen cerrado y aislado, fue rezado, pensado, planeado, estudiado y estructurado minuciosamente. La convivencia durante tres días fue vivida y experimentada durante cinco años, desde Cala Figuera, alcanzando la plenitud en el cursillo de San Honorato.

Un sistema novedoso, dentro de la metodología, en cuanto a la introversión en el yo íntimo y la conexión con el Espíritu. Sistema que ha merecido los mejores elogios de grandes innovadores en la educación, como Guillermo Estarellas, así como de especialistas en psicología, muchos de ellos “alejados” de la Iglesia.

Se indicó que en el Método de Cursillos de vivir y alumbrar amistad se distinguen tres tiempos, o tres elementos básicos: el Precursillo, el Cursillo y el Postcursillo.

Estos tres elementos, como planos que se establecen en las relaciones de amistad entre las personas, se unen íntimamente entre sí, como un movimiento circular. Esta circunvalación al unísono, viene provocada porque el precursillo genera el cursillo, el cursillo genera el postcursillo y, a su vez, el postcursillo genera el precursillo.

La unión íntima de estos tres elementos del Método se concreta en que el cursillo es la finalidad del precursillo y, a su vez, el precursillo es una labor y objetivo del postcursillo. Cada uno de los tres tiene una importancia igual, dentro del Método, sin que deba ni hacerse ni darse comparación de importancia entre los mismos.

El CURSILLO es el segundo tiempo del Movimiento de Cursillos. Este tiempo no es una espiritualidad, sino un método para posibilitar cualquier espiritualidad, para posibilitar lo espiritual auténtico, como se indica en Vertebración de Ideas. Corresponde al plano de interrelación, o sea, el de las relaciones con quienes nos acompañan en la vida, nuestros compañeros, prójimos o próximos; expresa la proximidad sin identificación.

Es un plan apostólico con el objetivo ÚNICO de aproximación de la persona para que quien vive los tres días del cursillo pueda tener un triple encuentro: con él mismo, con Cristo y con los hermanos.

Este itinerario de encuentros es la trayectoria secuencial de los rollos seglares del cursillo:

"El hombre puede ser más y mejor (Rollo Ideal), puede serlo donde está (Seglar en la Iglesia) si descubre su corazón, con espontaneidad (Piedad), si asume su inteligencia con convicción (Estudio), si orbita su voluntad con decisión (Acción) y su persona en su globalidad (Dirigentes); si acepta que su realidad está integrada por personas (Estudio del ambiente) a las que puede ayudar (Cristiandad en acción), siempre que se realice de una forma personal (Cursillista más allá del cursillo) en amistad (Reunión de Grupo y Ultreya)". (Cursillos de Cristiandad. Manifiesto)

Ningún hombre, ninguna mujer se conoce mientras no se ha encontrado con Dios. Y el cursillo es un vehículo para acercarse a Dios; es un vehículo que provoca el encuentro con Dios.

El cursillo, desde el método de Cursillos de Cristiandad, es una reunión de hombres o una reunión de mujeres, en régimen cerrado y aislados de su vida cotidiana durante tres días, en los que se intenta explicar las ideas necesarias sobre la realidad de ser cristiano desde la vivencia de los fundamental cristiano, dándolas a conocer con alguna posibilidad de eficacia a través de un método de testimonio y palabra, en un ambiente de amistad.

Se pretende la conversión de la persona, para que ésta provoque la conversión del círculo social humano que le rodea en su metro cuadrado móvil en el que vive. Esto se consigue, desde la gracia de Dios y la libre opción de la persona, por la proclamación del mensaje y el conocimiento de la psicología y la metodología usadas, a través de un equipo formado por dirigentes seglares y sacerdotes y la palanca que representa la oración de toda la comunidad.

Los 3 días de Cursillos, sirviéndose de los rollos y los contactos personales de sondeo, estoque y animación, se dirigen esencialmente a conseguir un íntimo triple encuentro de personas con inquietud de encontrar el gozo de la fe. Mediante los rollos místicos se pretende provocar hambre de la vida en Gracia. Mediante los rollos seglares se pretende ofrecer testimonios vivos de que es posible la realidad de que el hombre y la mujer pueden llevar una vida en Gracia en el mundo donde el Señor les ha puesto, en su concreto mundo familiar, laboral y de ocio.

En primer lugar, se pretende que la persona que asiste a un cursillo se vea a sí mismo, como es. Que sepa si realmente dirige su vida hacia donde quiere, que se descubra a sí mismo y que acepte sus capacidades y limitaciones para vivir y convivir en amistad. Si el encuentro consigo mismo no se produce no se pueden dar los otros encuentros porque no parte de su realidad verdadera.

El segundo paso ofrece al cursillista el planteamiento de la posibilidad de una vida con Cristo. Pasar de un Cristo lejano y olvidado para la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, a un Cristo vivo, normal y cercano.

La esencia del tercer día estriba en hacer consciente al cursillista de que todo ello, la vida en Gracia y la cercanía de Cristo, es una realidad posible al regresar a los ambientes en el mundo nuestro. Una realidad posible, viviéndola entre las personas con las que frecuentamos directamente y, también, con las que nos rodean en general. Una realidad posible sostenible, testimoniando cristianismo.

Los pasos del cursillos, no obstante, no son una fórmula matemática que se desarrolla de forma sucesiva y exacta en cada uno de los asistentes. Los rollos y las meditaciones de cada uno de los tres días están orientados a provocar cauces apropiados para adentrase en los tres campos. Pero cada persona, en el descubrimiento de la luz de su fe, reacciona a los impactos en su momento y en su día. Dentro de los tres días del cursillo se presentan numerosos detalles, con valor suficiente cada uno en concreto para poder ser el detonador que active en el cursillista el encuentro con lo fundamental cristiano: la oración, el Sagrario, las palancas, la alegría, la amistad.

En palabras de Eduardo Bonnín, "los cursillos, por su misma naturaleza, han de ir al fondo de la persona, a lo más interior e íntimo de sí misma, no a sus circunstancias concretas que le envuelven, si es casado, soltero, practicante o indiferente etc.. No tiene que haber nada que le desvíe de la diana a que se debe apuntar. El encuentro tiene que ser con Cristo y la persona, cara a cara, de tú a tú y a eso tiene que ir enfocado todo; la existencia inevitable de un magnetismo de género o la presencia condicionante de algún testigo cualificado por relación profesional, familiar o de pareja, lo imposibilita. La reacción tiene que ser personal, radical y auténtica. No tiene que haber nada que impida o dificulte esta radicalidad, perplejidad y entusiasmo, que causa en la persona el CREER de verdad y en serio que Cristo le ama. Como en el cursillo se descubre una nueva dimensión mucho más profunda que la fe normal, no es la misma cuando la persona es observada por otra que está pendiente de su reacción. Por esta razón los cursillos no deben ser mixtos (hombres y mujeres juntos), así como tampoco no es de ninguna manera conveniente que vayan a un mismo cursillo juntos padre e hijo, madre e hija o dos hermanos o hermanas, o Jefes y subordinados o un matrimonio. Si van mujeres y hombres juntos, ninguno se porta como se portaría si fueran por separado. Cristo busca a la persona, no a lo que le envuelve". (Mi Testamento Espiritual - Eduardo Bonnín Aguiló)

La misma orientación queda ratificada por el P. Jordi Girau: “…como es bien sabido desde siempre en Cursillos, la franqueza y profundidad de comunicación que se da entre cursillistas del mismo sexo favorece la eficacia, la intensidad y el fruto del cursillo.” (PROA nº 1. pág. 6. Enero 2002. Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid.)

El método del cursillo no es un camino cualquiera, sino que ha sido pensado meditado rezado y experimentado. El cursillo tiene que ser fiel al método, aplicar los distintos recursos del mismo sabiendo el por qué, el para qué y el cómo de ellos. Todo esto, que es tan sencillo y claro y que ha dado tan buenos frutos en tantas personas, cambiando para bien sus vidas, haciéndolas más cristianas y más humanas, no se ha de tergiversar con el deseo de actualizarlo o ponerlo al día, ni por la originalidad de añadir cosas innecesarias, que no harán más que complicar la santa simplicidad de lo pretendido, como dijo y repitió Eduardo.

La pretensión de aplicar el método del cursillo, abreviando la duración del mismo, destinado solo a determinadas edades y mezclando hombres y mujeres, será un “algo”, será un algo muy bueno, será lo que sea, pero nunca será un cursillo bajo el método de los Cursillos de Cristiandad.

Como siempre, nos despedimos rogándole a Nuestro Señor que nos mantenga unidos en su amor y amistad.


De Colores,

Juan Ruiz
Presidente - OMCC